domingo, 18 de diciembre de 2016

Otero de Herreros (Segovia)

EL YACIMIENTO MINERO-METALÚRGICO DEL CERRO DE LOS ALMADENES (OTERO DE HERREROS, SEGOVIA)

El Cerro de los Almadenes es el único yacimiento minero-metalúrgico que muestra una explotación minera en el sur de Segovia en época de ocupación romana (SALAS ÁLVAREZ, 2012: 170). Es más, se le puede considerar como la explotación minera de la antigüedad más importante del centro peninsular (VV.AA., 2014: 178). Se encuentra entre los arroyos de El Escorial y del Quejigal, a un kilómetro de Otero de Herreros, en la provincia de Segovia, y tiene una extensión de 6,30 hectáreas (SALAS ÁLVAREZ,  2014: 150).
En cuanto a los estudios arqueológicos, hay dos llamativos. El primero se realizó en 1979 por Claude Domergue, profesor de la Universidad de Toulouse, que equiparó el yacimiento con una fundación romana. A decir verdad, la parte que excavó está en la zona de la ladera oeste, donde hay bancales artificiales, siendo un área de hábitat (VV.AA., 2015: 199).

“Mapa del yacimiento del Cerro de los Almadenes”
Encontrado en VV.AA., 2015: 200.

Posteriormente, en 2009, se inició el segundo estudio arqueológico por parte de arqueólogos pertenecientes a la Sociedad Española de Historia de Arqueología, a la Universidad de Castilla la Mancha y a la Universidad Complutense de Madrid, donde ya se observaba un poblado romano relacionado con la explotación del mineral del cobre. Así, se conocen actualmente tanto la zona de trabajo con el mineral como la de hábitat. Esta última se relaciona con la administración y almacenamiento, y es llamativo que aún quedan áreas de población en torno al Cerro que no se han podido excavar (VV.AA., 2014: 179).

Las zonas de extracción, de lavado, de machacado y de tostación del mineral están focalizadas hacia el noreste, ya que las bocaminas se encuentran en los mismos arroyos de El Escorial y del Quejigal. En la ladera norte, hay una acumulación de escorias y restos que evidencian tres tipos de hornos romanos, uno de tostación, otro de reducción y otro de reverbero (VV.AA., 2015: 200). Junto a esta ladera, aparecieron materiales como atarjeas (o sistemas de canalización) que se encuentran en relación con los procesos de evacuación del agua que servía para el enfriamiento de los hornos. En esta última zona, también aparecieron restos de un pavimento de grandes lajas y de pavimentos impermeabilizantes, cuya datación puede ser de época augustea, es decir, entre el 27 a.C. y el 14 d.C., aproximadamente.

“Imagen de la excavación del entorno donde se encontraban los hornos”
Encontrada en SALAS ÁLVAREZ, 2014: 160.

Asimismo, hay restos de mineral de cobre y escorias, ya que sus procesos metalúrgicos fueron realizados desde el siglo I a.C. al siglo VI. Principalmente se ha encontrado restos del mineral de cobre en bruto, restos de mineral obtenidos tras la tostación, escorias y lingoteras circulares. Estas últimas servían para recoger unas tortas de metal fundido, para dar forma al metal una vez se enfríe (VV.AA., 2015: 202).

“Fotografías de escorias y de una lingotera redonda”. Encontradas en VV.AA., 2015: 203.

En cuanto a esta zona de trabajo, apenas se puede prestar atención a los restos cerámicos debido a que están muy deteriorados, posiblemente por ser empleados como fundentes en los propios hornos o por caer rodando desde la zona de hábitat (SALAS ÁVAREZ, 2014: 165).

La zona de almacenaje y administración se encuentra hacia el suroeste. Aquí hay restos de un almacén, cuyo suelo es de tierra apisonada, donde aparecieron unos contrapesos de un torcularium (que es una prensa de vino o de aceite). En contraposición con el suelo mencionado, se encontraron unos ricos enlucidos en diversas paredes que contradicen la función de almacenaje del lugar y que ponen en cuestión otras funciones (VV.AA., 2014: 179). La datación de esta zona se corresponde con época tardorrepublicana, es decir, en torno al siglo I a.C. (VV.AA., 2015: 201).

En cuanto a los materiales, de época romana hay varios conjuntos de cerámica de almacenaje, especialmente de tipo dolium (grandes vasijas contenedoras) o ánfora, identificadas como terra sigillata hispánica (que es un tipo de cerámica romana por excelencia que se caracteriza por ser compacta y roja). También se encontraron restos de cerámica de uso común (un a clase de cerámica que se caracteriza por no tener decoración), como es el caso de platos (VV.AA., 2015: 201).


“Imagen de cerámica de uso común”
Encontrada en VV.AA., 2015: 204

En conclusión, el Cerro de los Almadenes aparece como un importante núcleo minero metalúrgico que reúne la producción de la comarca. Es más, según sus estructuras y materiales se cree que estaba bajo la influencia de la ciudad de Segovia bajo el período altoimperial (VV.AA., 2015: 201). Esto tiene sentido porque se ha encontrado mediante, una prospección arqueológica, una alzada de aspecto romano que va hacia Segovia (VV.AA., 2014: 182).

Bibliografía principal:
-          VV.AA. (2015), “El centro minero-metalúrgico de El Cerro de los Almadenes (Otero de Herreros, Segovia)”. En: Martínez Caballero, S. y Vilches Crespo, S. (coords.) Imago Vrbis Romae. Ciudades romanas de Segovia, Diputación de Segovia, pp. 199-204.
-          VV. AA.  (2014): “Proyecto de investigación arqueometalúrgico en el Cerro de los Almadenes (Otero de Herreros, Segovia)”, en Arqueología y Patrimonio. XI Congreso Internacional sociedad y patrimonio, Valladolid, pp. 178-190.
Bibliografía secundaria:
-          SALAS ALVAREZ, J., SAN CLEMENTE GEIJO, P. y SEBASTIÁN REQUES, E. (2012): “(Otero de Herreros, Segovia): Evolución y transformación”, en El Patrimonio Minero y Metalúrgico a lo largo de la Historia. Libro de Actas del Séptimo Congreso Internacional sobre minería y metalurgia históricas en el sudoeste europeo, Teruel, pp. 107-122.
-          SALAS ALVAREZ, J. y AYARZAGÜENA SANZ, M. (2014): “El poblado minero-metalúrgico de El Cerro de los Almadenes (Otero de Herreros, Segovia)”, en Revista Onoba 2, Universidad de Huelva, pp. 153-182.  

ELENA HARO CAÑADA
Arqueología Hispanorromana, Grupo A
Curso 2016 – 2017