sábado, 21 de enero de 2017

Benahavís, Málaga

POBLADO MINERO DE ÉPOCA ROMANO-REPUBLICANA DEL CERRO DEL CARDENILLO

El yacimiento minero de El Cardenillo tiene unos indicios de explotación entre los siglos II y I a.C., llegando a ser una de las minas destacables del sudeste de España (BLÁZQUEZ, 1991: 45). Este yacimiento se encuentra junto al río Gadalmansa, “sobre la dorsal de un estrecho promontorio que discurre paralelo al cauce fluvial, en sentido norte-sur”  (ROMERO SILVA ET AL., 2013: 28). Así, en la ladera este, donde hay una pendiente dirección al río, nos encontramos las minas de cobre; en cambio, en su parte superior nos encontramos los restos de un poblado, relacionado con la explotación del cobre, que mediría menos que una hectárea.

Imagen que muestra la ubicación de las minas.
Encontrado en ROMERO SILVA ET AL., 2013: 11.
El problema de dicho yacimiento es que, al construir un depósito de aguas, se destruyó en su gran parte, de manera que hasta que no intervinieron los servicios técnicos del Área de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Estepona no se pudieron analizar los restos arqueológicos de la zona (ROMERO SILVA ET AL., 2013: 28). Con ello, cuando comenzaron a estudiar el Cerro, se encontraron unas bases de cimentaciones realizadas con cantos rodados que se pueden identificar con una muralla de un poblado.

En cuanto a restos arqueológicos, predominan las cerámicas con los restos de escorias (figura 2), relacionando en lugar de asentamiento con la producción minera de las minas cercanas. Así, comenzando con los restos cerámicos, lo que más aparece son ánforas de diferentes formas y vasos (figura 3). Las ánforas son cilíndricas, en su mayoría, y posiblemente empleadas para salazones, cuyas cronologías son del siglo II y I a.C., por lo que en época de control romano a pesar de que son de tipología tardopúnica típica de la región de Andalucía Oriental (ROMERO SILVA et al., 2013: 33). Otro tipo de resto son ánforas vinarias grecoitálicas tardías, como ánforas salarias, ubicadas cronológicamente en torno al siglo I a.C.

Restos de escorias del yacimiento.
Encontrado en ROMERO SILVA ET AL., 2013: 30.
Restos de ánforas hallados en la superficie del Cerro
Encontrado en ROMERO SILVA ET AL., 2013: 31.

Asimismo, se han encontrado vasos relacionados con la preparación de alimentos y contenedores de tamaño mediano, cuyos materiales coinciden con la situación geológica de la zona, por lo que son autóctonos. Los hay de formas abiertas, como platos bizcochados púnicos, fuentes-morteros y lebrillos profundos con carenas en el cuerpo y cuello; y de formas cerradas, como jarros monoansados y orzas de cuerpo que tienen en la unión con el cuello una carena marcada.

Restos de cerámica común descubiertos en el Cerro.
Encontrado en ROMERO SILVA ET AL., 2013: 32.

Finalmente, hay cerámica relacionada con la manipulación de alimentos como “una olla de perfil ovoide con borde vuelto y un plato con el mismo borde, desgrasante fino y partículas negras que recuerdan a las cerámicas itálicas (ROMERO SILVA ET AL., 2013: 33).

Como ya se ha mencionado, el yacimiento se comenzó a analizar en unas malas circunstancias, ya que muchos restos estaban descontextualizados. A pesar de ello, las cerámicas han dado unos datos cronológicos, ubicando el yacimiento entre el siglo II y I a.C., ya que en época de Augusto esta tipología púnica casi desaparece (ADROHER SILVA, 2008: 190). Con ello, se está mostrando una continuidad de las formas de vida de las personas que vivían antes de la ocupación romana, lo que no implica que los que controlaban dicha mina fueran los púnicos. Estamos ante un poblado que explota las minas bajo el control romano que, al contactar con esta población, les hizo entrar en contacto con las cerámicas itálicas.

A pesar de todo, es un yacimiento poco estudiado del que apenas hay un artículo de revista y aún queda mucho más por conocer y averiguar sobre él.

Bibliografía principal

  •  ROMERO SILVA, J. C., et al. (2013), “Las minas de cobre y el yacimiento de época romano-republicana del Cerro del Cardenillo, río Guadalmansa (Benahavís, Málaga), en Taurunna 3, pp. 9-55.
Bibliografía secundaria:

  •      ADROHER AUROUX, A. M. (2008), “La cerámica de tradición púnica (siglos III-I a. C.)”. En. BERNAL CASASOLA, D. y RIBERA I LACOMBA, A. (eds.), Cerámicas hispanorromanas. Un estado de la cuestión, Universidad de Cádiz, pp. 189-200.
  •         BLÁZQUEZ, J. M. (1991), Historia del Mundo Antiguo 54: Agricultura y minería romanas en el Alto Imperio, Akal, Madrid. 

ELENA HARO CAÑADA
Arqueología Hispanorromana, Grupo A
Curso 2016 – 2017

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